“Una mañana, temprano, Ernesto el Gallo fue a cantar para levantar al resto del bosque y cuál fue la sorpresa que cuando abrió su pico, en vez del Kikiriki le salió un mugido de vaca MUUUU…“ De la noche a la mañana, sus habitantes ven como algo tan cotidiano y personal como es el habla les ha cambiado enteramente.
La bruja Pinreles, una bruja muy traviesa, es la máxima sospechosa en todo este entuerto. Ir en su busca hasta las Montañas de la Luna, será una odisea inolvidable.
La obra tiene un espíritu pedagógico, reforzando el valor del trabajo en equipo y del respeto a las diferencias, pues representa la hermandad de un grupo heterogéneo de personajes, unido para lograr un objetivo común.